Este conjunto de conceptos unificadores que forman parte de lo que aquí denominamos “paradigmas globales”, son fuente de otra serie de paradigmas específicos, particulares, que se desprenden de ellos y que nos permiten explicar los cuatro ordenes de problemas que en relación a lo biológico (no a la Biología) se plantearon desde la antigüedad y que son:
1) El problema del conocimiento del cuerpo
2) El problema de la diversidad de los seres vivos.
3) El problema de la generación de los seres vivos.
4) El problema de la noción de vida
Antes del surgimiento de los cuatro paradigmas globales formulados en el siglo XIX, lo que tenemos es una gran acumulación de información, tendiente a resolver los cuatro problemas enlistados, motivo por el que toda esa etapa previa a la formulación de los paradigmas globales le llamaríamos etapa precientífica, o bien pudiera decirse la “prehistoria de la Biología”.Utilizando un criterio historiográfico, marcamos esta división de forma que la “historia de la Biología” parte del momento en que tenemos ya los paradigmas estructurados, siendo la “prehistoria” toda esa enorme etapa que le antecede, rica en información, plena en descripciones y que puede denominarse “naturalismo”.
En el mundo antiguo hay una inquietud por estos problemas que tienen que ver con la vida y los seres que la poseen; sin embargo, son preocupaciones inconsistentes, por lo que planteamos que en la “prehistoria de la Biología” se desarrolla una búsqueda en esas cuatro grandes líneas o problemas a los que, luego de la constitución de la Biología como ciencia, los paradigmas globales darán respuesta.